jueves, 21 de agosto de 2014

Jugando a la Escondida


(UNA HISTORIA PARA SENTIR Y MEDITAR...) 

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos, fue entonces cuando el aburrimiento bostezó por primera vez y la locura, siempre tan loca les propuso juguemos a la escondida!!!!!
La intriga levanto la ceja y la curiosidad sin poder contenerse pregunto
¿A la escondida? ¿Qué es eso?
Es un juego, yo me tapo el rostro y comienzo a contar desde 1 hasta 1 millón. Entonces Uds. se esconden, y cuando yo termine de contar, el primero en ser descubierto ocupara mi lugar para continuar el juego explicó la locura
El entusiasmo bailó, seguido por la euforia; la alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la duda e incluso a la apatía, que nunca se interesaba por nada.
Pero no todos quisieron participar, la verdad prefirió no esconderse ¿para qué si finalmente la encuentran?
La
soberbia opinó que era un juego tonto (en el fondo estaba molesta por que no se le había ocurrido a ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse.
Uno dos tres....comenzó a contar la locura
La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre se dejó caer detrás de una piedra del camino; la fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, el cual con su propio esfuerzo había conseguido la copa del árbol más alto.
La generosidad no hallaba donde esconderse, cada lugar que buscaba lo encontraba óptimo para alguno de sus amigos:
¿Una laguna cristalina? Ideal para la
belleza
¿La abertura de un árbol? perfecta para la timidez
¿El vuelo de una mariposa? Lo mejor para la sensualidad ¿Una ráfaga de viento? Optima para la libertad
Al final terminó ocultándose en un rayo de sol
El egoísmo encontró un lugar muy bueno, aireado, cómodo pero... solo para él: la mentira se escondió en el fondo del océano.... (mentira en realidad se escondió detrás de un arcoiris)
La
pasión y el deseo, en el centro de los volcanes, el olvido, donde esta... no importa
Cuando la locura llegó a 999.999 el amor todavía no había encontrado un lugar donde esconderse, todos estaban ocupados, hasta que vio un rosal y enternecido decidió ocultarse entremedio de sus flores
Un millón! Gritó la locura y comenzó a buscar a todos. La primera en aparecer fue la pereza a solo tres pasos de ella, después escuchó desde el cielo a la fe que hablaba con Dios, la pasión y el deseo prontamente se escucharon en el clamor de los volcanes; en un descuido encontró a la envidia por lo que dedujo donde estaba el triunfo; al egoísmo no fue necesario buscarlo, el mismo salió corriendo de su escondite que resultó ser un nido de avispas
De tanto caminar la locura sintió sed y al aproximarse a la laguna descubrió a la belleza. Con la duda fue mas fácil todavía, la encontró sentada en un muro sin decidir donde esconderse
Así fue encontrando a todos, el talento entre las hierbas, a la angustia en una obscura cueva, la mentira tras un arco iris (mentira
estaba al fondo del océano) y al olvido que se había olvidado de jugar a la escondida.
Solo el amor no aparecía por ningún lado. La locura buscó detrás de cada árbol, en el cause de cada riachuelo, en la cumbre de cada montaña y cuando estaba dándose por vencida miró hacia el rosal lleno de hermosas rosas rojas tomó un palo y comenzó a mover sus ramas, de repente se escuchó un grito... las espinas habiían herido los ojos del amor. La locura no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que se jugó a la escondida por primera vez en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña. 

Contado magistralmente por Pablo Viloch, autor desconocido