miércoles, 26 de noviembre de 2014

La visita de Kaos Pilot a Puerto Varas

Kaos Pilot es una escuela de Innovación Danesa de negocios creativos. Aceptan cada año a 35 personas de todo el mundo con el objetivo de generar líderes del cambio, desarrollando competencias a través de la ejecución de proyectos que tengan un impacto tanto en organizaciones como en la sociedad. Claudia Raffo, directora de la escuela Out of The Box, en donde hice el programa avanzado de Coaching Organizacional para la Sostenibilidad, trajo a Christer Windelov, CEO de esta escuela de Dinamarca y me ofreció la posibilidad de traerlo a Puerto Varas.

El desafío al cual me enfrentaba es que mi red de influencia en la región es escasa, ya que llevo menos de un año en la zona, sin embargo, Kaos Pilot es una escuela que vengo mirando hace ya varios años, y tenía muchas ganas de poder llevar adelante la oportunidad. Ya el 2013 hice la gestión junto con Claudia para llevarlos a Enex, empresa en la cual trabajé a cargo del departamento de Innovación.



Pensé inmediátamente que tenía que colaborar, y llamé a mi amigo Sebastián Allendes, director de otra consultora de coaching de la zona llamada ZCoaching. Esto sería un hito, TheNest y ZCoaching, dos consultoras que supuestamente debieran competir, colaborando por un propósito común, que es entregar una posibilidad a la comunidad de estar en un espacio de aprendizaje con una de las personas más reconocidas del mundo en temas de innovación. Para ello, también tuve el apoyo de Wladimir Santana, encargado del programa Compite + 1000 para al región de la universidad Adolfo Ibañez, programa en el cual colaboro como tutor senior de empresas.

Junto con Sebastián, decidimos hacer un taller abierto de manera de dar la posibilidad a muchas personas de vivir la experiencia. Juntamos finalmente 40 asistentes de diferentes áreas, educación, salud, empresas, turismo, etc.

El taller fue excelente, enfocado en cómo nuestra mirada de las cosas, cambia el juicio de lo posible. Pudimos mirar lo positivo de nosotros y nuestro entorno, y vimos cómo lo apreciativo crea nuevas realidades y oportunidades de futuro. Christer, un grande, lleno de ejemplos, experiencias y conocimiento. Las personas lo pasaron bien, se cumplieron las expectativas iniciales, pudimos aprender y colaboramos para servir.

De toda la experiencia, me quedo con la colaboración. Acá nadie ganó nada en términos de resultados económicos, sin embargo ganamos todos, formamos nuevos vínculos, desafiamos lo posible, nos encontramos en conversaciones poderosas sobre el futuro de nuestra comunidad, aprendimos y lo pasamos bien.

Seguro ésta será un primera experiencia que repetiremos año a año para ir sirviendo a que todos podamos ser una contribución a nuestra sociedad y partícipes de un futuro en continuo diseño.


viernes, 14 de noviembre de 2014

Puerto Varas Habló


Dentro de mis emociones preferidas, están el asombro y la gratitud. Hoy viví las dos a concho.

Me invitaron a diseñar y facilitar un proceso de conversaciones para poner de acuerdo a la comunidad de Puerto Varas acerca de la construcción de un paseo en la constanera, que es un requisito impuesto a Dreams Casino y Hotel por parte de la municipalidad para la extensión de su concesión, de manera de hacer un aporte a la comunidad. Manuel Rojas, como gerente general, tuvo la valentía de abrir la conversación con la comunidad y el cuidado de no instalar un proyecto unilateral, como muhcas veces hemos visto en otros lugares.

A la cita llegaron alrededor de 50 personas, representantes de la Municipalidad, el colegio de arquitectos, personas que cuidan el patrimonio cultural, y muchos otros que son parte importante y escuchada de la comunidad puertovarina.

Comenzamos desde la desconfianza que puede producir un proyecto que interviene la costanera, un lugar sagrado para quienes vivimos acá. Cada uno venía con sus miradas sobre el asunto y sus puntos a defender, con imágenes como el mall de Castro o del mismo Puerto Varas, que obstaculiza la vista de la iglesia patrimonial en la mente. Las primeras interacciones fueron para conectarnos como seres humanos, haciendo consciente cómo veníamos, cómo nos levantamos, cómo llegamos a vivir acá... en este proceso, se fueron conectando las personas y no los roles o los puntos a defender. Un siguiente paso fue una imaginería, en donde nos conectamos con la ciudad, con sus olores, sabores, texturas e imágenes, con su gente, con su naturaleza, con el viento y la lluvia. En ese momento, nos dimos cuenta de que todos estábamos hablando de lo mismo. Descubrimos los valores que están arraigados en las personas de esta ciudad, entendimos que en el fondo, todos estamos buscando lo mismo, pudimos conversar desde lugares comunes y en eso, las diferencias se diluyeron. De a poco fuimos adentrándonos y convergiendo en el proyecto, para finalmente concluir lo que queremos como comunidad y lo que no.

Nos reunimos a conversar, a hablar de lo importante, nos conocimos, hicimos amigos y legitimamos miradas. Esto no es nada nuevo, ancestralmente los seres humanos nos hemos reunido en círculos para conversar nuestras diferencias, sin embargo, en la sociedad actual, este tipo de iniciativas que permiten a las personas opinar sobre espacios públicos que se intervendrán, no siempre se dan, y eso hoy, se hizo consciente y se agradeció.

Ahora la tarea la tiene el arquitecto, que tuvo su espacio para hablar de lo que había interpretado. Por otro lado, Carolina hayal y Konstanze Straub, redactaron lo que será el testimonio de esta instancia, la que será recordada, por varios como una instancia de cultura y humanidad. Como dijo Antoine de Saint-Exuperry (Escritor de “El Principito”) “Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en las personas el anhelo de mar libre y ancho".

Infinítamente agradecido...

martes, 11 de noviembre de 2014

Emociones e Innovación

Para hablar de innovación, es necesario hablar de emociones. Las emociones son las energías que nos mueven, etimológicamente hablando es la energía que induce a la acción. Dependiendo de mi emocionar, veré acciones posibles y otras simplemente no estarán disponibles. Por ejemplo, cuando tenemos pena, la acción de exponerme ante otros no es la primera que aparece, sino más bien la necesidad de estar más callado y refugiado. A su vez, si siento alegría, seguramente darán ganas de repetir aquello que está pasando, de agradecer, de expandirnos.
Hoy en día, en la cultura en que vivimos, las emociones han sido consideradas muchas veces como un obstáculo en las organizaciones. Frases como “no tomes decisiones emocionalmente” se han instalado como paradigmas válidos en las organizaciones. Esta mirada es muy probable que esté atentando contra la innovación en las empresas. No importa lo que hagamos, siempre estaremos en una emoción y siempre hará la diferencia en las decisiones que tomemos. No podemos tomar decisiones si no emocionamos, y las diferentes emociones, nos predispondrán a diferentes acciones y decisiones, las emociones nos permiten tener una escala de valores entre las diferentes opciones, por lo tanto, nos permiten priorizar.

Si queremos innovar, necesitamos saber que podemos equivocarnos, necesitamos legitimar el error. ¿Cómo puede ser esto posible si desde niños nos han entrenado para no cometer errores? El error y la equivocación no se constituyen en el hacer, el error se constituye después del hacer, cuando hacemos consciente que lo que hicimos no nos llevó al resultado que queríamos, pero en el hacer, creíamos que estábamos bien, sino no hubiésemos hecho lo que hicimos. Cuando el error es castigado, la emoción con la cual miraré mi hacer, es el miedo a equivocarme. El miedo nos paraliza, nos pone a la defensiva, nos aleja del estímulo y nos hacer volver a lo conocido, vale decir, no innovamos, sino que nos refugiamos en lo que sabemos hacer bien. Es posible que aquellos jefes que mantienen relaciones de obediencia con sus colaboradores estén detonando esta emoción en los equipos de trabajo, la cual no promueve la creación de nuevos horizontes.

Para innovar, necesitamos desaprender muchas cosas, necesitamos abrirnos a la posibilidad de error y legitimarlo como una posibilidad de aprendizaje. Necesitamos confianza, tanto de nuestros líderes como de los colaboradores. Para innovar, necesitamos también encontrar sentido en lo que hacemos, necesitamos creer que existe un futuro en el cual participamos todos, necesitamos salir de la resignación y pasar a un estado anímico del entusiasmo o de ambición por el futuro. Necesitamos saber escuchar, conectarnos con otros seres humanos para entender sus necesidades, necesitamos conversaciones de posibilidades que nos permita abrirnos al aprendizaje con otros y por sobre todo necesitamos creer que se puede.  ¿Se estará promoviendo esto en las empresas como cultura?
En una cultura de innovación, todas las personas deben identificarse con la posibilidad de hacer un futuro diferente, y esto no se logra solamente con tecnología o discursos motivadores, esto se logra trabajando en la identidad, habitando emociones que nos permitan ver posibilidades y aumentando el nivel de consciencia de nosotros mismos para lograr ver las necesidades de otros. Para innovar, es imprescindible cambiar los paradigmas acerca del error y alinear el sentido de contribución de las personas con el propósito de la organización.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Golpe de Timón




Tuve la gratificante experiencia de hacer una charla sobre liderazgo para alrededor de 200 personas en Concepción, quienes son líderes chilenos y extranjeros de la industria de la porcicultura. La invitación me fue extendida por Lesaffre a través de mi amigo Cristián Meza.

Más que una charla, fue una interacción con los participantes. Nos paramos, nos movimos, interactuamos con personas que no se conocían y logramos vernos liderando desde donde comunmente lo hacemos y vimos nuevas posibilidades para lograr los resultados que buscamos, promoviendo habilidades como la indagación, la escucha, la valoración de las personas, el servicio, etc.

Más allá de los temas que fueron tocados, que me parecen de mucha relevancia para el bienestar de las personas, la sostenibilidad de la industria y el sentido de las organizaciones, me quedo con el comentario de una persona que me conversó cuando salí de la sala.

Me dijo... "me mataste!!"... ¿cómo? le pregunté yo... "eso", me dijo, "me mataste, hiciste una pregunta de la cual ahora no puedo salir". ¿Cuál fue?, ya que normalmente en las charlas dejo muchas preguntas para que las personas asistentes puedan reflexionar sobre su propia manera de hacer las cosas. Me dijo... "preguntaste que si no hacemos nada, si no cambiamos nuestra forma de pensar y de hacer lo que hacemos, ¿donde nos está llevando la forma que tenemos de hacer las cosas? ¿cuál es el resultado que se viene si no hacemos cambios? ¿nos estamos convirtiendo en la persona que queremos ser?

Ella me dijo que la forma que ella tenía de mirar el liderazgo y el liderazgo personal, la estaba llevando a un punto que en el fondo no le hacía sentido, y que no estaba haciendo nada para cambiarlo, no lo había visto, y ahora ve. Tuvimos una conversa limpia, expuesta, en donde vimos la necesidad de hacernos responsables por nuestro destino, quedando instalada otra pregunta relevante, ¿cómo me hago cargo de lo que ahora estoy viendo que antes no veía? ¿qué es lo que necesito aprender para cambiar el rumbo?

Esa interacción con esta persona, me hace valorar y agradecer el lugar que me toca ocupar, generando en mi persona una infinita gratitud por ser instrumento para servir a otros. Cada vez que interactuamos con otras personas, (y acá estoy hablando de todos nosotros) tocamos almas y cambiamos mundos. No hay forma de que lo que digamos o hagamos no tenga un impacto en nuestro entorno por mínimo que sea. Ojalá esas interacciones estén al servicio de otros, de la colaboración para el bienestar común.
Cada vez que amanece, es una nueva posibilidad para tomar desiciones, siempre podemos dar un vuelco a la situción vital, de cambiar, de ser valientes, de reconocer nuestros sueños y dar un primer paso de libertad.


Tal como dijo Nelson Mandela en su discurso inaugural citando a Marianne Williamson:

“Nuestro más profundo temor no es el de ser inadecuados.
Nuestro más profundo temor es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad la que más nos asusta.
Nos preguntamos a nosotros mismos:
¿Quién soy yo para ser brillante,
extraordinariamente talentoso, magnífico?
En realidad ¿quién eres tú para no serlo?”.