jueves, 26 de febrero de 2015

La Gestión del Equilibrio


Artículo publicado por revista Infortambo


Para lograr resultados extraordinarios en las organizaciones, se hacen necesarios lideres que puedan mantener muchas variables del negocio funcionando. Recursos financieros, producción, insumos, cobros, pagos, y otras variables que están en constante movimiento. Podríamos mirarlo como un malabarista que juega con pelotas en el aire, las que exigen su tiempo y foco absoluto. Varios son los artistas que han aprendido a manejar estas variables para que el resultado sea exitoso, para ello, han seguido el ejemplo de otros por generaciones, has desarrollado nuevas competencias, algunos con carreras profesionales y otros asesorándose para disminuir la carga de incertidumbre.

Ahora bien, por si esto fuera poco, imaginemos a este empresario malabarista haciendo equilibrio sobre una balanza para no caerse. Además de poner a prueba sus habilidades como malabarista, ahora también necesitará de su capacidad para equilibrar las fuerzas que le permitan seguir estable sobre esta tabla con las pelotas en el aire. Esta base inestable que estamos hablando a través de esta metáfora, son las personas que permiten que el negocio funcione. Podemos distinguir dos grandes fuerzas en las que un empresario y líder de personas debe enfocarse para mantener el equilibrio de un negocio.

La primera de estas fuerzas, es el cliente externo, aquel que recibe el producto del trabajo de la organización, aquel que nos exige calidad, puntualidad, precio, condiciones de pago, etc. Conocer las necesidades de este cliente, relacionarnos con él, formar un vínculo de largo plazo y generar lazos de confianza, será fundamental para fidelizar esta fuerza que permite que el show continúe.

La segunda de estas fuerzas que desafía al líder son las personas que trabajan en la organización, nuestros colaboradores. El equilibrio de esta fuerza se logra cuando el líder es capaz de tener una visión clara y compartida del futuro, cuando es capaz de iluminar el camino y guiar a otros para la materialización de un objetivo que sea representativo y haga sentido. Para ello, será fundamental la capacidad del líder de articular las virtudes de las personas que trabajan con él, a través de la creación de espacios y relaciones de confianza para que las personas puedan hacer consciente que el trabajo no sólo les permite recibir un sueldo a fin de mes, sino que satisface también, otras necesidades humanas que dan sentido al trabajo.

En muchos casos, nos sabemos como hacernos cargo de esta segunda fuerza que permite el equilibrio de un negocio, a veces no nos damos cuenta de lo importante que es y tenemos la expectativa de que las personas deben hacer lo que espero que hagan ya que les pago por ello, pero en la realidad no ocurre así.

Si hacemos la pregunta: ¿Qué tan importantes son las personas que trabajan en su organización para que usted obtenga los resultados que desea? La respuesta normal en cualquier organización, es que son fundamentales. Si indagamos un poco más y preguntamos: ¿Qué tan incidente es usted como líder para que las personas tengan un buen desempeño? La respuesta normal es que el líder es muy incidente. Dicho lo anterior, si preguntamos, ¿Cuánto se ha capacitado en temas de liderazgo? o ¿Qué herramientas además del dinero utiliza? Seguramente la respuesta será más escasa. Podríamos preguntar también, ¿Qué variables mide con respecto a las personas?, tema bastante incipiente en la industria.

Antes de que la función salga natural y fluida necesitamos aprender y poner foco en aquello que queremos que mejore, y si queremos mejorar nuestras capacidades, será fundamental el declararnos aprendices. Muchos miran el hecho de no saber como algo indeseable, sin embargo es la única forma de aprender. No saber, es condición necesaria para aprender. De otra forma, ¿Cómo vamos a aprender aquello que ya sabemos? En un mundo en constante cambio, aquellos que sepan aprender lograrán adaptarse, y aquellos que creen que saben todo, estarán equipados para vivir en un mundo que ya no existe, que los dejó atrás, obsoletos.

Las organizaciones han cambiado, la forma de liderar personas ha cambiado, los clientes, las preferencias, la forma de relacionarse, la comunicación, todo está cambiando. Aprendamos a adaptarnos a estas nuevas realidades, pongamos foco en las personas y en la sostenibilidad de nuestra industria, hay mucho en juego y las oportunidades son gigantes, y hagámoslo pronto, ya que “el show debe continuar” y cada uno de nosotros es creador de su propio acto.