jueves, 5 de marzo de 2015

¿Qué nos mueve a buscar independencia?

Normalmente, cuando converso con personas que están en las organizaciones, aparece de una u otra forma el tema de la independencia, de poder trabajar en algo propio.

Trabajar en una organización tiene muchas ventajas, principalmente de estabilidad. La organización se encarga de pagarnos un sueldo, no importa cuán revuelto esté el mercado o cómo sea el momento de la empresa, el compromiso hacia el trabajador es pagar un sueldo a fin de mes. En algunas empresas, también hay beneficios de salud, seguros, bonos, etc. Incentivos que se hacen cargo de la estabilidad de la persona. Muchas empresas tienen esta oferta para sus trabajadores, y cuando quieren saber cómo están sus trabajadores, normalmente miran a las otras empresas para ver si están "bien" o "mal" con su oferta, con el objetivo de mantenerlos... como todo, las personas pasan a ser un producto más del mercado. Luego aparecen las frases como "pagamos acorde a mercado", o "estás sobrevalorado", etc. Con esta oferta, la empresa se hace cargo de los miedos, de aquello que no queremos que pase, se hace cargo de esa sensación de escasez e incertidumbre que podría ocurrir si no tengo "algo seguro".

Como seres humanos que somos, tomamos decisiones de acuerdo a nuestros valores, de acuerdo a lo que nos hace sentido en el momento en que tomamos la decisión. Por ejemplo, si veo que mi familia tiene hambre, seguramente el valor con el cual voy a tomar las decisiones del momento será el satisfacer la necesidad inmediata, no importará si lo que hago para conseguir alimento es innovador o entretenido mientras satisfaga la necesidad. Hace un tiempo, había pocas posibilidades de encontrar la estabilidad económica, por lo que el hecho de tener trabajo ya era suficiente y no se cuestionaba mucho lo que hacía la empresa ni el rol que tocaba cumplir mientras fuera legal.

Hoy en día, esas necesidades están relativamente cubiertas para la mayoría de las personas (al menos, las que me toca interactuar cotidianamente), por lo tanto, las necesidades que podríamos denominar higénicas se vuelven transparentes, las damos por cubiertas y ya no nos surge la necesidad de satisfacerlas, ordenamos en forma diferente la escala de valores. Muchos ya no están dispuestos a mentir para conservar sus pegas, muchos ya no están dispuestos a abusar para obtener más rentabilidad, muchos ya no están dispuestos incluso a vender algo que otro no necesita, o de dañar el medio ambiente... sin embargo varias organizaciones, representadas a través de sus líderes ponen presión para que se obtengan los resultados, promoviendo muchas veces este tipo de situaciones. Según el estudio "Zoom al Trabajo" realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez y la consultora Visión Humana, el 72% de las personas considera que las empresas abusan de sus trabajadores. Comienza a aparecer una falta de sentido, la oferta de trabajo ya no satisface la nueva necesidad.

¿Qué necesidades comienzan a aparecer que posiblemente no se están satisfaciendo? La necesidad de equilibrar la vida y el trabajo, la necesidad de sentirnos orgullosos de lo que hacemos, la necesidad de contribuir a algo que haga sentido y que se alinee con nuestros valores, comienza a aparecer la necesidad de convertirnos en la persona que queremos ser, comienza a aparecer un nuevo ser, más consciente, más conectado con su entorno.

Hay muchos motivos para querer ser independiente, y para mí, la decisión de independizarse no se toma mirando hacia atrás, mirando aquello de lo cual no quiero ser parte, eso sirve para aprender, pero no para avanzar. La decisión se toma mirando hacia adelante, con una visión de la persona que quiero ser y el contexto en el cual quiero contribuir y obviamente, si a través de eso me puedo sostener económicamente.


Si tenemos clara esa visión, podemos comenzar a aprender lo que necesitamos aprender para llegar a ella, de otra forma no habrá un camino para avanzar, pues no sabremos donde ir. Acá aparecen los típicos fantasmas que nos dicen "¿y quién te crees que eres?" o "eso es una utopía". Serán esos miedos aprendidos los que intentarán paralizarnos, que intentan detenernos para que no sigamos avanzando, desarrollándonos, miedos que por lo demás comparten muchos líderes de organizaciones. Me conecto con una frase de Eduardo Galeano que dice: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar.”

Hermoso el desafío que tenemos en las organizaciones, comenzar a escuchar las nuevas necesidades, una nueva forma de hacer sentido en los trabajos, una nueva oferta que innove lo que hoy está disponible en el mercado. Necesitamos ofrecer a nuestra gente un trabajo que les de dignidad, estabilidad, sentido, equilibrio vida trabajo, desafíos y conexión para entender que lo que estamos haciendo genera bienestar para otros... ¿Quien se querría ir de una empresa así?... si este es el desafío, ¿estaremos preparados? ¿qué necesitaremos aprender?