
Tuve la grata experiencia de toparme con algunos capítulos de un libro llamado "El Alma del Dinero", escrito por Lynne Twist. Una propuesta muy interesante acerca de los que nos acontece hoy como humanidad. En él, se expresan 3 mitos o paradigmas que sostienen en gran parte el comportamiento humano y la incapacidad para salir de un circulo vicioso que nos ha llevado a la desconexión de unos con otros.
Primer mito: La escasez. Cuando creemos que vivimos en un mundo escaso, creemos que no habrá suficiente para todos, por lo tanto, aceptamos que algunos obtendrán lo que necesitan y otros no. Esto nos llevará a la competencia por esos recursos escasos y al intento de que ni yo, ni los seres amados por mí queden fuera de la repartición de bienes. Creemos que no hay suficiente agua, aire, dinero, comida etc, y al declarar a nuestro mundo como insuficiente, toda nuestra energía se canalizará en pro de satisfacer esta carencia y sobrellevar el miedo de quedar fuera. Cuidaremos de cada uno y de los que amamos en desmedro de los demás tratando de controlar el acceso a los recursos. Esto lo hacemos como individuos, como comunidades e incluso a nivel de países.
Segundo mito: Más es mejor. Si creemos en el mito de que más es mejor, tal como la publicidad nos quiere hacer creer, siempre estaremos insatisfechos y esa prisa por obtener, nos va a alejar de la capacidad de gozar lo que ya tenemos, estaremos como un hamster intentando correr más rápido, aún cuando la felicidad y abundancia la tengamos frente a nuestros ojos. Es como comer rápido, sin saborear esperando que el próximo bocado sea mejor. Incluso cuando hay mucho, no es suficiente. Personas que tienen riqueza suficiente para tres generaciones, sienten miedo a perder sus acciones y su patrimonio, sienten que no están seguros con lo que tienen y sienten que necesitan más, incapaces de abandonar esta búsqueda de más en un mundo escaso. En esta creencia, el éxito se define por quienes tienen más acceso a consumir, y se genera una valoración de la humanidad de acuerdo a las posibilidades de acceder a más, subestimando y subvalorando actividades como la enseñanza o el arte. Desde acá se acuñan frases como: "Si eres artista, serás un muerto de hambre".

¿Cuántas frases y explicaciones justificadoras tenemos? ¿ahora que has leído lo anterior, qué explicaciones aparecen automáticamente en tu cabeza que tienden a dejarte en el mismo lugar? ¿hasta cuándo no nos hacemos cargo de eso que aparece en lo más profundo de nuestro ser? pareciera que preferimos no escuchar a la vida, nos mantenemos dándonos respuestas y evitamos hacernos preguntas sobre esas respuestas y su origen.
En un mundo escaso, eres "tú o yo", en un mundo abundante, eres "tú y yo". Ya va siendo tiempo de que nos miremos diferente, de que entendamos de que no vivimos en un mundo escaso, vivimos en un mundo abundante y suficiente, y los únicos que estamos escaseando el mundo somos nosotros con nuestra necesidad de más y más. ¿Sabías por ejemplo que si no se confeccionara nunca más una prenda de ropa, tendríamos suficiente para vestirnos durante 50 años?. En un mundo abundante, usaremos el dinero de manera que exprese nuestra integridad y nuestros valores. La suficiencia, no significa disminuir o renunciar a nuestras expectativas, sino que es una declaración, un lugar en donde pararnos, un lugar que nos permite reconocer y honrar lo que sí tenemos a disposición y nos revela el poder que tenemos para satisfacer todo lo que necesitamos a partir de nuestros recursos internos. Cuando nos sentimos suficientes, nuestra relación con el dinero deja de ser una fuente de miedo para pasar a ser una fuente de posibilidades emocionantes.