¿Qué será lo que pasa, que en presencia de la naturaleza, hay un algo que parece diferente?
Estoy
pronto a cambiarme de casa junto a mi familia, y pensaba, ¿qué es lo que me llevo?, ¿qué
se queda?, ¿qué es lo que extrañaré?... llego a la conclusión que definitivamente, no puedo dejar
atrás aquellos seres vivos que me han acompañado en esta etapa, el verde, los musgos
que cuido, las plantitas de nuestro living. Algunos cuidarán a sus perros, gatos o mascotas en general, a aquellos que les entregan cariño y protección. Me pregunto, ¿Por qué será que nos sentimos
involucrados con ello?
La reflexión me lleva a pensar en
cómo nos identificamos con nuestro entorno, somos parte de lo que está
pasando alrededor nuestro, parte del mismo fenómeno, convivimos con
ello, con nuestro ecosistema. Cuando nuestro ecosistema está vivo, vemos
cómo va cambiando junto con nosotros en el tiempo, nos identificamos
con lo que pasa alrededor, es una conducta natural, es la vida mirándose
y cuidándose a si misma, aceptandose vulnerable. Quizás pasa lo mismo cuando nos sentimos parte
de un grupo, de un equipo, de una comunidad, de una familia, nos cuidamos y cuidan de nosotros. ¿Y qué
pasará cuando no nos sentimos parte de una familia, grupo, comunidad,
etc? posiblemente, sentiremos que vivimos en un mundo hostil, ajeno a
nosotros, en donde las otras personas son competidores a los cuales hay
que vencer para poder optar a los recursos escasos del mundo y no
perecer. Al entendernos como parte de algo más grande, nos sabemos vulnerables y dependientes de
otros, que son nuestras redes, nuestro arnés que nos sostiene en caso de
caer. El amor y la aceptación de los otros será entonces un refugio que
siempre estará a la mano.
Me pregunto, ¿qué pasa
cuando alrededor nuestro hay sólo cosas artificiales? ¿nos
identificamos?... supongo que si, que nos podemos identificar con un
auto, con una casa, con posesiones, con proyectos, con un rol, con cosas
que no son naturales, que no están vivas. Esta identificación con lo
artificial, nos ha servido para llegar donde estamos, para crear nuevas
formas de solucionar necesidades, tecnología y avances, y creo también que comenzamos a
desnaturalizarnos con ello, que dejamos de sentirnos parte de la
naturaleza, dejamos de cuidar la vida por cuidar algo inerte, que no se
desarrolla. Yo creo que esta alienación del ser causa sufrimiento y que
en la sociedad actual lo cubrimos con el placer, con un programa de
televisión, con alcohol, con farándula, con dinámicas que nos permitan salir de la
realidad de la cual no nos sentimos parte.
Creo que lo
natural es la colaboración, que tal como cuidamos de la vida en nuestras
casas, de las plantas y animales con los cuales nos identificamos, es
natural que colaboremos entre seres humanos, que sirvamos al bien común,
que estemos al servicio de otros, que nos respetemos. Esto a veces se
pierde, y creemos que somos competidores, y nos explicamos que la
competencia es natural. Si pudiéramos vernos como parte de lo mismo,
seguramente abogaríamos por la dignidad de las personas, buscaríamos el
bienestar del otro, quien quiera que sea, ya que al ser parte de lo
mismo, me estoy cuidando a mí también.
El riesgo de
esta forma individual de vernos es que nos vamos quedando solos, dejamos
de vincularnos, de involucrarnos, de colaborar, de identificarnos con
otros, de amar a otros y nos alienamos de nuestra propia naturaleza, aparece el ego y el miedo. Veo permanentemente cómo separamos y etiquetamos a las personas como nosotros y ellos, en la política, deportes, socialmente. Personalmente, elijo creer que la vida se trata de todos nosotros, elijo colaborar.
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