lunes, 13 de enero de 2014

¿Camino al Éxito?

En el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carrol, hay una parte en que Alicia pide ayuda al Gato de Chesire (el de la Sonrisa) para saber qué dirección debía tomar, ella quería estar segura de cuál era el camino correcto que debía transitar. El gato le responde a Alicia que eso depende de donde quiera ir, Alicia contesta que no está muy segura de donde quiere ir. El Gato sabiamente concluye que entonces, no tiene importancia la dirección que tome.

Cuando no tenemos una visión de la persona que queremos ser, de la organización que queremos ser o de el mundo que queremos habitar, cualquier camino que tomemos es el correcto y a la vez, todos son equivocados, ya que todos llegan a algún lugar, pero jamás será el que queremos si no sabemos donde queremos llegar.

Culturalmente, hemos aprendido que la vida es algo que pareciera ser lineal, un camino que parte cuando nacemos y termina cuando morimos, eso nos da con suerte unos 80 años de camino. ¿Cómo podremos entonces estar seguros de que el camino que estamos recorriendo actualmente, es el camino correcto si no tenemos clara una visión de donde queremos llegar, o de quien queremos ser? ¿qué sentido tiene? el camino sigue avanzando y el reloj sigue contando... tic tac tic tac… En ocasiones, las personas caminamos la vida siendo quien nos dijeron que debíamos ser, creyendo que eso nos traerá felicidad, caminamos en la transparencia, sin querer preguntarnos algo que nos haga mirarnos interiormente, y contentos con esa ceguera, evadimos, ignorando que esa actitud es fuente de sufrimiento. A mi parecer, la visión de camino tiene que ver  algo que está dentro de nosotros y no algo que nos explicaron que debíamos recorrer, al parecer, la visión de nosotros mismos, tiene que ver con el sentido, con el corazón, como dice Carlos Castañeda en su libro "Las Enseñanzas de Don Juan" "¿Tiene corazón este camino?. Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita". 

He tenido la fortuna de acompañar como coach a ejecutivos que están haciéndose la misma pregunta que Alicia, personas que declaran no saber qué camino recorrer, a quienes les contaron un concepto del éxito, que no responde a la promesa, que no llena el alma, que no hace feliz. Y esto no sólo se da a nivel de las personas, sino que resuena en los equipos y en las empresa. Todos los gerentes saben que tener una visión compartida es importantísimo para generar valor, para alinear voluntades, pero al parecer, en muchas organizaciones los espacios para generar, comunicar, cuidar y vivir esta visión no hacen reflejo de lo importante que es. Al parecer está costando conectarse con una visión que inspire a las personas a dar lo mejor de sí, a generar valor para otros, a sentirse parte de un sueño, de un proyecto que los ayude a trascender en su vida, a recorrer un camino lleno de sentido. Varias empresas están centradas sólo en la conversación de generar utilidades y crecer. Yo me pregunto, ¿qué tipo de visión es esa?, ¿a quién le hará sentido entregarse por completo, aportar con su talento, tiempo y cariño para que otro, que ya tiene suficiente, tenga más?. Es cierto que a cambio del trabajo hay una transacción económica que sostiene un estilo de vida, pero sin miedo a equivocarme, creo que la visión netamente económica es absolutamente insuficiente. Entonces, ¿cuál es la fuerza que mueve a las personas a seguir haciendo lo que hacen de la misma manera?

Creo que hay varias fuerzas que nos impulsan a seguir caminando, a ir definiendo cómo será el próximo paso, en esta columna me voy a centrar en dos que veo fundamentales, como son el miedo a la muerte y la voluntad para trascender.

El miedo a morir es un motor que impulsa muchas de nuestras decisiones, y que también a veces nos impulsa a conservar lo que hay y permanecer donde estamos. Intentaremos que tanto nosotros como nuestras creaciones permanezcan con vida.
¿Cómo se transita el camino desde el miedo? El miedo es la emoción que aparece cuando creemos que vamos a perder algo, que hay algo importante que está en riesgo. El miedo nos mueve corporalmente, nos pone rígidos, atentos, abrimos los ojos, es la energía que nos prepara para protegernos. Esta es una respuesta natural del cuerpo para proteger la vida. El miedo nos ha permitido permanecer como especie, nos ha permitido sobrevivir, nos cuida. Si esta es la manera en que opera el miedo, entonces ¿qué será lo importante que está en riesgo cuando no nos atrevemos a transformarnos en la persona que queremos ser?¿Qué será lo que cuidamos cuando no queremos/atrevemos a cambiar? ¿será que se hace presente el miedo a la muerte? pero no a la muerte de nosotros como seres vivos, sino un miedo a la muerte de la persona que creemos ser.

Desde nuestro nacimiento, nos identifican con un nombre y comenzamos a creer que somos ese personaje, a medida que vamos creciendo, vamos pasando por diferentes etapas, por ejemplo, mi hija de 3 años, Helena, a quien a veces le digo "Chica", me corrige continuamente "yo no soy Chica, yo soy Helena González Echeverría", cuando hace esto, me parece que ella busca su personalidad, su individualidad, su identidad, está en proceso una etapa egocéntrica de la niñez.

El personaje necesita un sentido de pertenencia, de entenderse como parte de algo, y así es como viene un etapa etnocéntrica, que es cuando la persona se entiende como parte de una tribu, en el caso de mi hija, ella me dice "somos una gran familia!" y nombra a los integrantes, y así, todos nos entendemos como parte de algún grupo, Chilenos, de provincia, de un cierto color político, de una religión, etc, para entender quienes somos "nosotros", y quienes son "ellos". Buscamos puntos comunes, conocidos, que nos hagan sentir seguros. A medida que la persona avanza en el camino de la vida, adhiere a otros personajes, el ingeniero, el futbolista, el doctor y creemos que por haber recibido conocimientos técnicos, somos eso Otros personajes que aparecen, provienen de la infancia, cuando a muchos los criticaron o alabaron cuando niños y crecemos creyendo que somos "el flojo", "el inteligente", "el desordenado", "el alegre" u otro adjetivo, y entendemos como nuestro ser, como una característica inmutable que nos define. De esta forma, vamos construyendo al personaje, intentamos alinearlo con persona que nos dijeron que teníamos que ser para alcanzar al éxito, para ser suficientes, para poder justificarnos en el mundo, lo cual nos sirve para algunas cosas y no nos permite otras.

Cuando nos hablaron del éxito, a muchos nos inculcaron ciertos requisitos, entonces, como supuestamente, esa es la visión que representa la mejor versión de uno mismo, comenzamos a recorrer el camino con ese foco, buscando ser el personaje que nos dibujaron aquellos que validamos como figuras de autoridad y de quienes buscábamos cariño, especialmente de los padres y profesores. Hoy, varios se encuentran con un personaje "exitoso" que los tiene cautivos, que no les permite ser de otra forma, que les obliga a comportarse, a ser político, a "hablar en serio", etc. ¿Será eso el éxito? ¿este personaje está al servicio de mi vida o mi vida está al servicio de este personaje?¿Qué pasaría si desenmascaramos a ese personaje?¿Qué pasaría si lo miramos con compasión y humor? ¿Cómo tendríamos que redefinir el éxito?

Otra fuerza movilizadora además del miedo a morir, es la voluntad de trascender, es decir, que al final de nuestros días, el camino que recorrimos en la vida tenga un sentido, que nuestro paso por el mundo no fue en vano, sino que generó algo que trasciende al propio ser. Muchos estarán conformes con trascender teniendo hijos y traspasando sus genes, otros trascenderán con sus proyectos, otros sirviendo a alguna causa, algunos se conformarán dejando seguridad económica o estudios para sus familias.

Para mí el éxito y la trascendencia en la vida está muy ligado con la felicidad, ¿Cómo puede una persona considerarse exitosa, si no
es feliz? y eso llevará a otra pregunta… entonces, ¿qué me hace feliz?. Personalmente, he encontrado que en este momento del camino, me hace feliz aprender y mi forma de trascender, es estar al servicio del aprendizaje de otros, me hace feliz amar y sentirme amado, la felicidad de tener una vida plena, y la trascendencia en ello es ser instrumento para que otros la tengan, tiene que ver con atreverse e invitar la confianza en otros, y hacer esto con una expresión creativa.

Creo que la visión de la mejor versión de uno mismo, tiene que ver con estar presentes y escuchar el interior en silencio y redescubrir qué es lo que nos hace felices, y luego comenzar a hacerse preguntas como, ¿Qué es lo que debo aprender para dar un paso y acercarme a esa visión de vida? ¿Cuáles son las influencias que quiero en mi vida para iluminar mi camino? ¿Cuales son las conversaciones que me acercarán? ¿Qué debo soltar? ¿Qué prácticas debo incorporar?¿Cuál es ese personaje que me tiene secuestrado? ¿Cómo me adapto, y abro para dar posibilidad a que venga lo nuevo? Considerando que pasamos la mayor parte del tiempo en el trabajo, ¿qué es lo que me hace sentido en términos de mi quehacer laboral? ¿estoy generando felicidad para otros a mi alrededor? la forma en que hago lo que hago ¿me acerca a mi visión de felicidad?. No se trata de abandonar todo lo construido, ni de negar a la persona que hemos venido siendo, eso sería ponernos en una situación que nos hará sufrir, se trata de adaptarnos, de poner el foco de nuestro quehacer en generar valor para nosotros y para otros, se trata de vivir en plenitud, en confianza, junto con otros, al servicio de algo más grande que nosotros, para trascender. Esto lo podemos hacer en una oficina, en la calle o en cualquier lugar, todos somos capaces de hacerlo, sólo es una elección de cómo recorrer qué camino.

Extrañamente, al aferrarnos al personaje que nos da la ilusión de seguridad, no nos adaptamos al cambio constante, y eso si que representa un riesgo, tal como Darwin dijo "el factor más importante para la sobrevivencia no es la inteligencia ni la fortaleza, sino la adaptabilidad". Si no nos hacemos responsables de nuestras propias vidas, nuestro destino estará en manos de otros. Para mí, ese es el gran desafío que permitirá vivir una vida diferente, y es también el gran desafío de los líderes en las organizaciones. Para que una organización sobreviva en el tiempo, será fundamental mirarse, hacerse responsable y aprender a innovar para esta nueva etapa de la evolución de la consciencia, más holística, más "todos nosotros" en donde debemos buscar la forma de alinear la visión individual con la organizacional para que las personas generen valor para la empresa y para sí mismas, y a la vez sean felices transitando el camino que están recorriendo.

Conceptos como el servicio, la colaboración, el aprendizaje, el agradecimiento, el desafío, el sentido, el amor, el cuidado, la escucha ya se están instalando en la narrativa organizacional de varias empresas, eso existe hoy y cada vez irá creciendo. Viene una generación que piensa diferente, se acerca un tren a toda marcha, y aquellos que sepan subirse, recorrerán este camino con sentido, con una visión clara de futuro, por otro lado, los que se paralicen con el miedo, y no quieran soltar al personaje que han creado, y se nieguen a ver y participar del cambio, estarán muy bien equipados para una forma de hacer empresa y de habitar el mundo que sirvió y se hizo cargo de los desafíos que presento en su momento la vida, pero que hoy es insuficiente y está en vías de extinción.

¿Y tú? ¿Qué camino quieres tomar? ¿Quién eliges ser? ¿Te estás escuchando?

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