jueves, 30 de enero de 2014

Involucrar Inspirando

Si hiciéramos la pregunta ¿te gustaría cambiar el mundo? ¿qué porcentaje de las personas crees que dirían que si? yo pienso que muchas... sin embargo, si preguntamos ¿por qué no comienzas ahora? en seguida aparecerían nuestras típicas explicaciones tranquilizadoras, tales como... es algo imposible, quien soy yo para..., cada uno a lo suyo, no tengo tiempo, etc.

Me pregunto, ¿qué cosa diferente hacían aquellas personas que pudieron aunar voluntades para un propósito común?¿cómo lograron cambiar las cosas? Varios autores definen los sistemas como "elementos que interactúan entre sí para lograr un propósito común". Si las organizaciones son sistemas, podríamos decir, en una aproximación muy simple, que las organizaciones son personas que interactúan entre sí para lograr un propósito común, ¿cuál será ese propósito que mantiene este sistema?

Para algunas empresas, esto se responde sólo con la transacción económica, tal como decía el Señor Zañartu en "La Oficina" del Jappening con já "Trabajen!! para eso les pago!!!". ¿Será suficiente con el sueldo para que las personas entreguen su talento? pienso que no, y si fuera así, si el único fin de una persona en su trabajo es el sueldo, ya sea porque lo ha aprendido o porque está en una situación apremiante, seguramente esas personas se cambiarían de trabajo a la primera oferta de un mejor sueldo o de mejores condiciones, lo cual representa un riesgo para las organizaciones. Si una empresa ve a sus trabajadores como un "eso" que trabaja de 9 a 6, los trabajadores también seguirán la misma dinámica, viendo a su empresa como un "ese lugar" en donde voy de 9 a 6 para que me paguen a fin de mes, sin involucrarse más allá, sin tener un vínculo con la empresa más allá del transaccional. ¿Qué posibilidades quedan de hacer algo diferente de esta manera?¿cómo cambio el mundo parado en este lugar?

¿Cómo lo hacían entonces aquellos líderes que llevaban a las personas a hacer cosas extraordinarias por una causa? tomemos un ejemplo conocido... William Wallace en su discurso en el campo de batalla, donde decía: "Luchad y puede que muráis. Huid y viviréis. Un tiempo al menos. Y al morir en vuestro lecho, dentro de muchos años, ¿no estaréis dispuestos a cambiar todos los días desde hoy, por una oportunidad, solo una oportunidad de volver aquí? Pueden que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán ¡¡la libertad!!" ¿Habrían luchado esas personas por un buen sueldo? lo dudo... ¿qué era lo que se ofrecía entonces en esta empresa? Libertad!". Libertad no para los que estaban luchando, para ellos seguramente vendría la muerte, pero sí libertad para la familia, para los que vienen, y eso conecta a las personas con lo importante, con lo trascendente.


¿De qué manera mi trabajo contribuye al bienestar mío y de otros? 

¿Qué sentido tiene mi trabajo fuera del sueldo?

¿En qué se parece esto a las organizaciones actuales? creo que para lograr resultados sobresalientes, las organizaciones necesitan conectar a las personas con lo bueno del resultado de lo que hacen, con las necesidades que estamos solucionando, ya sea haciendo una planilla, procesando facturas o liderando una gran organización. ¿Cómo hacemos para que en nuestra organización exista este tipo de relato épico? Ejemplos hay muchos, y tiene que ver con el propósito trascendente, con cómo nos explicamos nuestro impacto en el entorno, con el sueño, con lo que estamos solucionando. "Necesito motivar a mi equipo" dicen varios, pero a veces no tenemos una oferta para el alma de las personas, una oferta en donde conectemos el trabajo con algo bueno, con algo trascendente que nos inspire y motive. Para ello, son necesarios líderes íntegros, que crean en lo que hacen, para qué lo hacen y en cómo hacen lo que hacen

Tomemos a CocaCola como ejemplo, una compañía muy exitosa. Personalmente no la consumo, de hecho, creo que hace mal para la salud, pero tengo que admitir que han sobrevivido exitosamente en el tiempo, y me pregunto ¿cómo hacen para atraer a personas que quieran trabajar con ellos?¿qué ofrecen?, ya que además de los buenos sueldos, debe haber algo ahí para aprender. El discurso de CocaCola es que ellos venden felicidad, no venden ni la fórmula ni la bebida, sino que sostienen que cuando consumes CocaCola, destapas felicidad. ¿Cuestionable? sin duda, pero seguramente dentro de la empresa se vivirá de la misma manera, ¿qué objetivo más noble que trabajar para entregar felicidad a otros?¿hace sentido?

Ejemplos hay en todas partes, y siempre tienen que ver con la necesidad que se está supliendo, con alguien que se beneficia o se ve afectado con nuestro trabajo, ya sea un cliente interno, un consumidor, un miembro de la sociedad, el medio ambiente la dirección o los accionistas. Algunas preguntas que nos podemos hacer son:

¿Cómo estamos involucrando a los trabajadores en "el sueño" de la organización?

¿Cuáles son las reales necesidades que estamos supliendo? 

¿Quién se vería afectado si dejo de hacer mi trabajo? 

 ¿Cómo haces sentido para otros que trabajan contigo? 

A lo mejor hay algo para mirar ahí si estas preguntas resuenan. Varias veces he escuchado la falta de herramientas para motivar a las personas y el juicio de que las personas son flojas o desmotivadas o "sacadoras de vuelta", lo cual para mí, es una "victimización" de los managers. Si queremos organizaciones alineadas, debemos compartir el sueño, inspirar y obviamente pagar justamente. Si crees que las personas de tu equipo no están comprometidas con el trabajo, o con los resultados, me preguntaría, ¿Qué es aquello que estás ofreciendo?¿Cuál es el sueño que ayudas a cumplir?¿Cómo lo comunicas?¿Qué es lo importante y lo que mueve a las personas? 

Simon Sinek, en su charla TED sobre cómo llevan los grandes líderes las iniciativas a la acción sostiene que "Las personas no compran lo que vendes, las personas compran lo que crees".  Cada vez es más importante el "para qué" de las cosas que hacemos, a qué contribuyo, qué sentido tiene hacer lo que hago.

Creo que para hacer sentido en otros, necesitamos hacer sentido primero en cada uno, ojalá con algo grande, ojalá con un relato épico, ya que todos y cada uno de nosotros podemos hacer la diferencia necesaria para ser sostenibles junto a otros en los desafíos que presenta la vida. No será fácil, pero como dijo Lao Tze en el Tao Te King, todo gran árbol parte de una pequeña semilla y un viaje de 1000 leguas parte con un paso fuera del umbral.

6 comentarios:

  1. Seguramente algo que inventó la ideología, que por eso no cambia, es esa noción de que es difícil que las cosas cambien.

    ¿Cómo es posible cambiar el concepto de organización? Creo que ese tipo de cambios sólo se puede dar -o sólo resultó- cuando otra generación se tuvo que hacer cargo, y pensaron que no querían esa herencia que les dejaban sus antepasados.

    Es por eso que la responsabilidad, no sé si lo dijiste, es de nosotros, y ahora.

    ¿Cómo pueden modificarse esto sin violencia? Porque ese es el otro desafío: a los que les conviene esa estructura de organización, jamás estará de acuerdo en cambiarla. Aunque quizás sí, cuando se den cuenta que su sistema no tiene sentido.

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    1. Gracias por tu comentario Nicolás. 

Soy de los que piensan que todo lo que hacemos y conocemos es aprendido, es cultural, y como tal, podemos aprender a ser de otra forma. 

SI queremos que las cosas cambien y lo hacemos a través de la violencia, creo que promoveríamos el miedo, el cual paraliza e incita a proteger, de esta manera haríamos la ideología más resistente. Para mí, debemos ser compasivos, inclusivos y presentar una alternativa de vida tan sexy, que otros también elijan vivir de otra forma, y cuando estén disponibles, podremos ponernos a su servicio para que todos aprendamos a vivir mejor. Elegir vivir una buena vida, es sólo cosa de hacerlo, paso a paso, cada uno y entre todos, día a día.

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  2. José Manuel Podlech1 de febrero de 2014, 6:31

    Gracias nuevamente JP por este espacio de discusión. Justamente este es un tema que he venido dándole vueltas (intensamente) este último tiempo, soy de aquellos que hace un buen rato que las organizaciones tradicionales no me representa ni satisface ¿y qué podemos hacer al respecto sin salirnos del sistema? Pues bien, construirlo.

    Lo primero y más complejo, fue visualizar ese tipo de organización, cuyas principales características son: una empresa moderna, flexible, de estructura plana, (visualmente más del tipo tela de araña que piramidal), con líderes al servicio de sus equipos y con una cultura basada en la confianza, el compromiso y la responsabilidad.

    Ahora, una vez imaginado, ¿como llevarlo a la práctica? Ideas hay muchas, pero una de inmediata aplicación, a costo cero y punta de lanza para iniciar la transformación, está en el estilo de liderazgo de este nuevo tipo de empresa, y más que un estilo, un carácter de liderazgo, me refiero a personas que vivan auténticamente en todos los planos de su vida el Servicio. Un líder servicial, que esté a disposición de su equipo, entregándoles las herramientas que requieren para desarrollar toda su capacidad y talento, que esté disponible para eliminar barreras, empoderar, incentivar la innovación, que utilicen los errores como base del aprendizaje... un Coach.

    Veo en la figura del coach (un auténtico Pellegrini empresarial) a este tipo de líder, personas que están al servicio de otras motivadas por un bien común mayor, capaces de sacar todo el brillo de cada integrante, pero cuyo mayor resultado surge en la orquestación grupal. Un líder que basa las relaciones en la confianza y sabe que el mejor desempeño de sus integrantes depende en gran medida del nivel motivación, de la cual él mismo es responsable de facilitar.

    ¿Te imaginas una empresa en que esos gerentes poco competentes, de carácter muchas veces duros, otras veces miopes, preocupados del detalle, del horario, normalmente desconfiados, que lo primero que hacen frente a los bajos resultados es responsabilizar a todos sus miembros, con cero autocrítica? ¿Te imaginas ese personaje reemplazado por un coach? Yo me lo imagino y me fascina visualizar en qué se convertirán aquellas empresas que opten por dar el primer paso, sin duda tendrán una ventaja competitiva frente a todos sus competidores. Y me fascina pensar en tener un líder que me guíe de esta manera, que me permita desplegar todas mis capacidades... Y también ser uno que pueda servir a otros en el mismo sentido. Eso vale más que muchos paquetes de beneficios, estoy seguro.

    Hoy más que nunca, existe masa crítica para iniciar esta transformación, paso a paso podemos dibujar el nuevo paradigma empresarial de las próximas décadas, y ya no tenemos que esperar que otros lo inicien, está en nuestras manos, los invito a tomar acción.

    Algunos libros que han sido inspiración al respecto:
    - "La Paradoja", de James Hunter
    - "La empresa emergente", de Rafael Echeverría
    - "Coaching para la Transformación Personal", de Lidia Muradep
    - "Give and Take", de Adam Grant

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    1. Gracias José Manuel por tu aporte. Me aparece una pregunta que tiene que ver con las características del líder que mencionas... cómo líder del cambio, ¿cómo podemos hacer para ponernos al servicio de aquellos que no lo ven así? ¿se podrá hacer sin negar a nadie, sino integrando?

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    2. José Manuel Podlech4 de febrero de 2014, 14:25

      El principal propósito de alguien al servicio de otros es identificar y satisfacer las necesidades legítimas de ellos (no sus deseos), solo desde ahí forjamos nuestra autoridad e influencia auténtica y perdurable, a través de la cual nos ganamos el derecho a ser llamados líderes. Desde ahí y siempre basados en la amabilidad, ya no es necesario convencer ni excluir a nadie.

      En base a lo anterior, surge una nueva pregunta ¿quiénes en la historia han sido los mayores líderes? Sin duda quienes han sido los mayores servidores: Jesús, Gandhi, Santa Teresa, Mandela, entre otros ¿Que tienen todos ellos en común? Estuvieron intensamente al servicio de otros y lo hicieron desde la amabilidad, carácter básico desde el cual construyeron su liderazgo.

      Cuando hablamos de necesidades legítimas, nos referimos a aquellas que de ser satisfechas permitan a quien es servido avanzar hacia su propósito trascendental, aquel que nace del alma y no del ego. Esto es válido al interior de cualquier sistema, ya sea empresarial, educacional, ONGs, gobierno, sistema político, público, iglesias de toda índole, etc.

      Si entramos en cada uno de ellos, existen siempre enormes posibilidades de intervención que permitan, en el largo plazo, que se beneficien no solo quienes son servidos, sino el sistema en su conjunto, lo que se transforma en un "bien común", siendo éste el impacto potencial de cada líder al servicio dentro del sistema y consecuentemente a todos quienes el sistema afecta en forma externa a él.

      La invitación ahora es a elegir el sistema al cual y desde el cual servir, pudiendo ser uno o más a la vez.

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  3. Gracias José Manuel, al parecer hay muchas ganas de aportar y ponerte al servicio de otros, me alegro que así sea. Ojalá que en este camino que estás recorriendo sean muchos los que se beneficien, siempre sosteniendo la mirada apreciativa e inclusiva, que para mí es necesaria para el cambio sostenible.

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