jueves, 2 de enero de 2014

Soplando la Nube Negra

¿Por qué a veces sentimos que el mundo es hostil? ¿Por qué a veces andamos negativos o no vemos posibilidades a futuro?

Siempre estamos en un estado anímico, el estado anímico es como el manto que tiñe el mundo de un color determinado. Por ejemplo, cuando estamos "de mala", todo parece un poco gris, no hay muchas ganas de hacer cosas, estamos más susceptibles a perder la paciencia y muchas veces no sabemos por qué, o qué es lo que nos pasa, por otro lado, cuando estamos entusiasmados, el mundo parece de colores y lleno de posibilidades, aparece la creatividad y percibimos el mundo de una forma distinta, más alegre y con una sensación de positividad diferente. A diferencia de las emociones, que vienen cuando tenemos un estímulo externo determinado, el estado anímico pareciera no estar condicionado a algo que ocurre, es más difícil ver de donde viene, lo llevamos puesto, incluso podríamos decir que "no sabemos si tenemos un estado anímico determinado o él nos tiene a nosotros" Rafael Echeverría.

Los estados de ánimo determinarán el espacio de posibilidades de acción que vemos, y de esto dependerá la capacidad de articular diferentes resultados, o dicho en otras palabras, nuestros estados anímicos, son generadores de la situación vital en la que nos encontramos ya que nos permiten enfocarnos en ciertas cosas y en otras no. El estado anímico, determina también el resultado futuro de esa persona, ya que su actuar será acorde a las posibilidades que ve desde donde está parado.

Esto mismo ocurre en los equipos en organizaciones, en donde los estados anímicos de las personas que los constituyen, resuenan con los de otros, lo cual influye en los resultados que pueda entregar el equipo. El estado anímico se podría traducir como la "moral" del mismo. Para crear valor, es necesario que los equipos estén en paz con su historia y entusiasmados por el futuro, y que entre los integrantes, puedan ser capaces de levantarse entre sí.

Los estados anímicos tienen todo que ver con la aceptación de los hechos y posibilidades. Si hay algún acontecimiento que ya ocurrió, y yo no estoy aceptando, es posible que esté reviviendo ese acontecimiento, o que aún no lo haya entendido del todo, que no lo haya sanado, entonces seguramente me encontraré en un estado anímico de resentimiento con el pasado, estaré en cierta forma herido y éste estado anímico será como una estaca que me mantiene aferrado a aquello que rechazo, mantiene vivo aquello con lo que no estoy en paz. Por ejemplo, si perdí algún empleo por algo que pueda considerar como una injusticia, es posible que ese evento comience a condicionar la manera en que veo los empleos en general, es posible que mire una industria de una manera particular, o que mi juicio sobre las jefaturas sea negativo. Puede ser que después de un tiempo, siga levantandome en las mañanas sin ganas, sintiendome mal, sin necesariamente relacionarlo con el hecho en particular. Lo cierto es que este hecho ya ocurrió y no puedo hacer nada al respecto más que aceptarlo y ver las posibilidades que desde ahí aparecen. Sólo aceptando el evento, podremos dejar el pasado atrás, nos situaremos en el presente, en un estado anímico de paz.

¿Cómo podemos salir de este estado de resentimiento? Los seres humanos creamos mundos a través del lenguaje, y el lenguaje es también la clave que puede liberarnos de estos mundos que hemos creado y que no necesariamente nos gustan. Algunas preguntas que a lo mejor podrían ayudarnos a salir de los estados de resentimiento podrían ser:

¿Cuales son las conversaciones pendientes que tengo?
¿A quién no he estado dispuesto a perdonar?
¿Tengo culpas? ¿estoy dispuesto a perdonarme por esas faltas?
¿Hay alguien a quien quiera/necesite pedir perdon?
¿Será posible reclamar a quién no ha cumplido sus promesas?
¿El reclamo será por una promesa no cumplida o será una queja porque alguien no cumple mis expecativas?
¿Qué es lo que debo soltar?

Si el resentimiento es aquello que nos pasa cuando no aceptamos los hechos del pasado, ¿qué puede pasar si rechazo el futuro?

Si miramos hacia adelante y no aceptamos que haya un futuro, o que yo pueda participar de un diseño de futuro, es posible que me encuentre en el estado anímico de la resignación, en donde el juicio o la explicación que nos damos es que no hay nada que yo pueda hacer para articular un futuro diferente. Para el caso del trabajo, lo que podríamos decirnos internamente sería algo como, "soy pésimo para la pega, no voy a poder salir nunca de esta situación" o "¿quién me va a contratar, si es lo único que se hacer?". La resignación nos lleva al papel de víctima, en donde serán lo elementos externos los que condicionen el futuro. Expresiones típicas de personas con resignación son "eso no se puede", "no va a resultar", "es muy difícil" etc. Para salir de la resignación, necesitamos ver posibilidades, asumir riesgos, sentirnos libres de poder tomar nuestras propias decisiones aunque ellas tengan un costo. También puede ayudar el adquirir competencias que nos hagan sentir más seguros. Cuando nos sentimos con recursos personales, cuando nos sentimos oferta para otros, capaces, y nos explicamos el futuro como un mundo fértil de posibilidades, nos encontraremos en el estado anímico del entusiasmo, que a mi juicio es el estado anímico que nos permite innovar, accionar y hacernos cargo de nuestro futuro.

Les comparto un esquema de los estados de ánimo básicos y cómo podemos tomar acciones que nos puedan mover de uno a otro.
-Cuadro del programa avanzado de coaching COS 2.0 "Coaching Organizacional para la Sostenibilidad"de Out of The Box dictado por Claudia Raffo y Raúl Pacheco

Hace unas semanas, Fiona Fraser y yo, tuvimos un taller con el equipo de ventas industriales de ENEX, alrededor de 50 personas que han experienciado varios eventos de diferente índole en los últimos seis meses. La empresa se ha fusionado, ha habido cambios de personas en el equipo, nuevas formas de trabajar, desafíos grandes y bastante exigencia a futuro, han sido también exitosos en sus desafíos, por lo tanto podríamos esperar que existan emocionalidades mezcladas. Todo el taller lo enfocamos sólo a esta distinción de los estados de ánimo. Primero hubo un ejercicio para fijar una secuencia de hitos comunes en el tiempo que nos pudieran dar una base de conversación, adicionalmente, indagamos en cómo se sintieron los integrantes con esos hitos a través de una curva tempo-emocional. Seguido de esto, hicimos una dinámica para entender los estados de ánimo presentes en el equipo y cómo estos afectaban a los diferentes integrantes. Fue muy revelador ver cómo el equipo se hizo consciente de las diferentes formas de mirar lo que ha pasado en el año y las posibilidades futuras, cómo algunos viven en la aceptación y otros no, cuál es la visión de futuro del equipo y cómo se lo están viviendo. Finalmente hicimos ejercicios de creatividad y de invitación a estados anímicos como la paz y el entusiasmo.
Creo importantísimo que los equipos sean capaces de tener estas distinciones, ya que les permite tener una empatía diferente y cuidarse entre los miembros, les permite también tener las conversaciones necesarias para sanar heridas, reparar daños y evitar daños futuros. Nuestra mirada de futuro conjunta, dependerá de qué tan convencidos estemos de que podemos diseñar el futuro, y que somos partícipes de él. El futuro no está escrito, lo vamos haciendo cada día.

Cuando los equipos no tienen cosas pendientes entre los integrantes, miran el pasado en paz y el futuro con entusiasmo, comienzan a pasar cosas, comienzan a conectarse entre ellos, comienzan a aparecer las personas más que los cargos, comienzan a colaborar más que a competir, ya que quieren que a sus pares les vaya bien, se sienten parte de algo más grande lo que permite una mirada sistémica. Cuando nos sentimos parte de algo importante y abogamos porque a ese sistema le vaya bien, nos comprometemos con la creación de valor, con mejorar nuestro entorno, con tener mejores relaciones y nos conectamos con un propósito común de una manera sana, que cuida lo importante, y no hay nada más importante que las personas...

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