jueves, 17 de abril de 2014

De Competir a Colaborar

¿Cómo sería si las organizaciones se concentraran en su núcleo positivo que le da sentido?¿Si su competencia fuese consigo mismos para prosperar en su propósito?

Los orígenes de las estrategias organizacionales, en su mayoría provienen de la historia bélica, que tiene como supuesto oculto, ver a la competencia como una amenaza que hay que destruir. Como prueba de ello, "El Arte de la Guerra", de Sun Tzu, está entre los 10 libros de negocios más vendidos de la historia. El pensamiento bélico de la competencia penetra incluso hasta en las organizaciones benéficas, como Greenpeace. La estructura de organización bélica que se utilizaba en Roma imperial, también da forma a las estructuras organizacionales que vemos hoy en día en las empresas, y hasta en la configuración de la iglesia. Aunque esto tuviera los resultados que se buscaban en el pasado, que tenían que ver con superar la escases, hoy en día, con un mundo tan interrelacionado, esta manera de pensar, no hace sostenible a las organizaciones. El paradigma del líder organizacional, que manda y controla al batallón, está en retirada, emergiendo una figura de líder como articulador de virtudes emergentes y guía del trabajo hacia la estrategia buscada, un líder al servicio.

Si vemos las visiones que declaran las organizaciones, veremos que consisten normalmente en ser las fuerza más poderosas para dominar el mercado... "ser el mejor". Cuando competimos, queremos ser los mejores, no importa cuán bueno seamos, no es suficiente si hay alguien que vende más, produce más o gana más. Ésta lógica de competir contra otro, trae consigo algunos invitados no deseados, como el pensamiento de no suficiencia, o de escases, la cual potencia el miedo como fuerza movilizadora de las personas, el juicio de "o nosotros o ellos".

El mundo de la competencia, en donde sólo existen ganadores y perdedores, se transforma en un mundo de amenazas para quienes ganan y de resentimiento para quienes pierden. En la separación de unos y otros, pierde todo el sistema que finalmente se traduce en menor valor para las personas. No se puede construir el mundo que todos queremos a partir de las premisas de la competencia.


Los líderes que hoy están emergiendo, tienden a basarse en lo virtuoso, en los valores que promueven lo mejor de las personas y las empresas en vez del miedo como herramienta movilizadora. Crean espacios en donde los diferentes actores del mercado pueden compartir mejores prácticas y viven sus valores en voz alta. Esto sólo puede ocurrir cuando el paradigma se basa en la confianza.

Cuando colaboramos, cuidamos a los otros, creamos emocionalidades que permiten que surja lo mejor de las personas. Para un mundo de cambios y desafíos como el actual, la manera de diferenciarse no será pensando como lo hemos venido haciendo, sino más bien, potenciando la creatividad y el pensamiento sistémico que aparece cuando las personas sostienen el valor de la confianza y no del miedo. La manera de potenciar la inteligencia de un sistema no se logra potenciando las inteligencias individuales, sino mejorando la calidad de las interacciones y relaciones de esas inteligencias individuales. En un diagrama de flujo de trabajos individuales son muy importantes las cajas, pero más importante aún son las flechas que las unen. Un antiguo refrán japonés dice que "Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos". Para quienes quieran participar de la nueva era de colaboración, el aprendizaje de nuevas formas de ser y hacer será fundamental.

6 comentarios:

  1. Gran tema Juan Pablo. En que está, me pregunto, que nuestros ejecutivos migren a las formas que recomiendas. Hoy le decía a alguien, que tiene que ver con un cambio de conciencia, y que no hay otra. Y eso vendrá suave y lentamente. Son los hijos los principales críticos de esos padres gerentes de empresas; son esos hijos que ya no quieren ser como sus padres. Y los padres no entienden mucho.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ufff... en qué estará... supongo que también tiene que ver con una mirada compasiva de parte de los que sí están viendo de otra manera, supongo que el trabajo es de integración y de aceptación para invitar al cambio. Pienso que si negamos una cultura determinada, ésta se defiende para sobrevivir mostrando mayor resistencia, tal como lo haría cualquiera en caso de sentir amenaza. Si esto es así, la nueva alternativa tiene que ser muy sexy e integradora. Creo que los ejemplos de resultados obtenidos a partir de nuevas formas de ser y nuevas formas de liderar darán pie para la curiosidad de aquellos que se sienten amenazados ante un cambio. Creo que no hay recetas, eso es de la antigua escuela... lo que veo que está en nuestras manos es seguir aprendiendo, ser coherentes, estar al servicio, ser compasivos, colborar, amar mucho y que el tiempo y los resultados de esto hagan su trabajo.

      Eliminar
  2. Juan Pablo... gracias por instalar esta conversación y con un foco tan importante... sobre todo para los que aprendimos a competir desde el jardin... como paradigma de base de nuestra educación...


    Sólo para agregar una afirmación en tu misma línea:

    - En los últimos 30 años han caído muchas dictaduras, que estaban muy arraigadas como sistema de base, y más allá del color político, desde mi mirada habla de un quiebre con respecto a la verticalidad de mando, que asocio a la estrategia de la guerra... así como a la competencia que fragmenta, en lugar de generar inteligencia colectiva.-

    Y creo que hay muchas esperanzas... que el cambio ya está ocurriendo... y quienes más tendremos que desaprender somos los que aprendimos en la mirada competitiva, fragmentada y que nos mide por notas en un ranking... algunas de las llamas de esperanza que advierto:

    - La ONU está creando los nuevos paradigmas económicos en torno a la Felicidad Interna Bruta... que integra al PIB y que está más conectada con el colectivo.
    - Se han creado las Empresas B, con el sentido de ser "las mejores empresas PARA el mundo"... no del mundo... ya hay más de mil y buscan ser responsables social, ambiental y económicamente.
    - Finalmente y como comenta Gabriel, nuestra forma genera aprendizaje en nuestros hijos, tomando lo que les gusta y alejándose de lo que no... y que ven vivir en nosotros... este video creo que refleja como está cambiando generacionalmente la forma de mirar y por tanto, los mundos que vienen SI o SI...
    https://www.youtube.com/watch?v=GnzzwpWV1Fw&feature=youtu.be

    ¿Qué tendremos que desaprender?, ¿Qué tendremos que aprender?... ¿De qué forma nos servirá comenzar a "saber" para los mundos que vienen?...

    Una vez estaba conversando de esto mismo con un profesor de Liderazgo Estratégico en la UAI... el mismo foco e inquietud... y me dijo... vamos a lo esencial, a lo simple y que está en ti: ¿EN qué colegio pondrás a tus hijos?... y me quedé con la pregunta... me hizo responsable... cambio yo, cambia el mundo....

    Mucho cariño para ti amigo, para que sigas instalando preguntas en el sur y acompañando a equipos de personas a encontrar sus propias respuestas... ya te iré a hacer compañía, para que creemos mundos juntos y aprendamos de los niños... que ya saben distinto parece.... mi hijo me pregunta cada una semana aproximadamente: ¿Estás feliz?... me está guiando...

    Saludos a tu gente!!..

    Christian


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Christian por tus palabras. Agradezco también el video, muy ilustrativo de lo que veo que está pasando.

      Aprendimos desde el jardín a competir, no había visto eso... y eso nos hace conocedores experienciales del paradigma y a la vez siento que nos hace responsables por hacer una diferencia, de ser la articulación del cambio entre las miradas enganchadas en el pasado y las que emergen con fuerza.

      Acá te espero amigo, para seguir dando pasos de sentido. Un gran abrazo.

      Eliminar
  3. Excelente tema de conversación y acción, Juan Pablo. Gracias.

    Tengo esperanzas en un cambio hacia una mirada colaborativa. Siempre nos enseñaron en el colegio, universidad, etc, que el ser humano es inherentemente competitivo, y ese juicio vive hoy en lo más profundo de nuestros discursos históricos. Sin embargo, entiendo que aún se puede ver en algunas tribus africanas el concepto de UBUNTU "Yo soy porque nosotros somos". Ellos no conciben la vida en competencia, porque el que ganase no podría ser feliz sabiendo que los otros (que son parte de él mismo) han "perdido". ¿Cómo uno de nosotros puede estar feliz si todos los demás están tristes?

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Ignacio. Yo compafto tus esperanzas, creo que el ser humano va a hacer el cambio oportunamente, todos sabemos que no podemos seguir así, que lo que ha servido hasta ahora no será suficiente para los desafíos que estamos teniendo.

      Un abrazo

      Eliminar