viernes, 8 de noviembre de 2013

Educación para Observadores Diferentes

Me asombra cómo somos observadores diferentes, en talleres me toca conversar con muchas personas que ven el mundo desde distintos puntos de vista, y yo diría que hay muchos factores que inciden, por ejemplo, las edades, los temas que viven, el propósito, las experiencia, el tipo de organización que son, de donde vienen, cual es su historia, etc.

Esta semana me tocó hacer una clase junto mi amiga coach, Fiona Fraser sobre "Innovación e Impacto Social" para los alumnos de cuarto año del Taller de Diseño de la PUC  (Laboratorio en Diseño y Fabricación Digital, Innovación en contexto de escasez, guiados por los profesores Andrés Briceño y Tomás Vivanco). Tengo que admitir que quedé asombrado de cómo son observadores diferentes a los que me toca compartir en las empresas. Hice algunas dinámicas que normalmente hago y que espero, tengan ciertos resultados, bueno, esta vez me vi sorprendido de la riqueza y la cantidad de interpretaciones que se pudo rescatar. Desde ahí, aparecieron conversaciones de las cuales aprendimos unos de otros.

Uno de los temas que tocamos fue, cuáles eran los enemigos de la innovación o aquello que identifican de sí mismos que no les permite ser más innovadores de acuerdo a su realidad. Una de las respuestas que se repitió, y que juzgaron como enemigo de la innovación, son las metodologías de enseñanza con las cuales crecieron, vale decir, identifican claramente que la forma en la cual les enseñaron en el colegio y algunos profesores de la universidad, les abre ciertas posibilidades en el sistema actual, pero les cierra posibilidades de pensar diferente, de innovar, de aprender, de crear.

El mundo está cambiando, y como dijo Erick Hoffer "En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo, estarán perfectamente bien equipados para un mundo que ya no existe".

Aprender, es lo que hacemos en último término para hacernos cargo de los desafíos que nos presenta la vida, innovamos, cambiamos, aprendemos y de acuerdo a eso obtenemos diferentes resultados. Si la enseñanza y la educación, no me permite poner en práctica lo aprendido, sino que el fin último de aprender es sacarme una buena nota para poder ser reconocido y contratado en el sistema, para seguir haciendo más de lo mismo que se está haciendo, desde mí punto de vista, nos ponemos en riesgo. Creo peligroso seguir pensando como pensamos, seguir educando como estamos educando a nuestros hijos, creo que muchos colegios están preparando individuos que puedan mantener lo que hoy existe, pero nuestra forma de educar no está creando a los diseñadores del mañana, a los pensadores diferentes, y lo más preocupante es que hasta los alumnos, se dan cuenta que podrían aprender más con otro tipo de educación. Esto no significa que lo que hemos venido haciendo hay que negarlo, por el contrario, creo que necesitamos integrar todos los conocimientos y puntos de vista, ya que el desafío es grande. Y lo que estoy comentando acá, no es nada nuevo, pero hay muchos que no lo quieren ver.

Me gusta mucho la visión sobre la educación de Ken Robinson que pueden ver en este video.


De alguna manera, siento que el coaching se hace cargo de ese dilema, de hacer la reflexión necesaria para que volvamos a aprender a aprender. Personalmente, creo que las organizaciones necesitan, aprender a reconectarse con la necesidad que están solucionando, con el propósito para el cual fueron concebidas, ya que a todos nos impacta el cómo las organizaciones solucionan las necesidades humanas, y eso finalmente, depende de las personas que trabajan en ellas. Nadie les enseñó a los gerentes cómo escuchar activamente, cómo conectarse, cómo fundar juicios, cómo pedir ayuda o ser oferta, ni menos cómo ser instrumento para que aparezca lo mejor de las otras personas que trabajan con ellos, a ser líderes. Creo que mientras más arriba de la jerarquía organizacional, más soledad y más grande la responsabilidad que recae sobre los hombros.

Siempre podremos culpar a otros por lo que pasa, pero eso no crea futuro, pienso que para crear futuro, nos tenemos que hacer cargo de nuestro presente, de cómo somos parte de lo que pasa. Si cambiamos como individuos cambiaremos nuestro entorno, y la suma de pequeñas partes hace al todo. El primer paso, el umbral desde donde parte este viaje es mirarnos y reconocer que necesitamos un cambio.

Después de la clase, quedé agradecido y esperanzado, las nuevas generaciones son observadores muy diferentes, y cuando sepamos escucharlos, podremos poner toda nuestra experiencia, al servicio de lo que viene, de los herederos de lo bueno y malo que estamos dejando.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo con lo que planteas. Yo me pregunto, ¿qué podemos hacer para cambiar radicalmente la forma en que enseñamos en las escuelas a nuestros niños y jóvenes?. Aún no tengo una respuesta clara.

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    1. Gracias por tu comentario Luís. A lo mejor podríamos partir por mirar el aprendizaje como lo que ocurre cuando el alumno adquiere las herramientas que le abrirán posibilidades en la vida, y no cuando el profesor dicta la clase.

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